Duelo: Fases y Recomendaciones.

10/02/2022
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Duelo: Fases y Recomendaciones.

Si de algo no hay duda, es que la muerte es un hecho inexorable, y que,  antes o después, viviremos cada uno de nosotros. La reacción emocional y comportamental que se manifiesta ante una pérdida, generalmente en forma de sufrimiento, es lo que conocemos como duelo. La palabra “duelo” proviene del latín “dolus” y significa “dolor”. Éste dolor emana de forma habitual de una pérdida referida a un ser querido, pero también alude a pérdidas referidas a recursos económicos o pérdidas simbólicas como sueños o ideales. En definitiva, aquellas situaciones en las que un vínculo emocional se rompe.

Klüber-Ross distinguió cinco fases o etapas que ocurren en la persona que está próxima a la muerte, pero que pueden ser experimentadas ante cualquier tipo de pérdida significativa.

  • Negación. “No puede ser”, “no es justo”… La persona es incapaz de aceptar y reconocer lo sucedido, atribuyendo el hecho a errores o equivocaciones médicas.
  • Ira. En este momento, la persona se enfrenta a emociones como rabia, resentimiento o conductas hostiles que pueden ir dirigidas hacía sí mismo y/ o hacia su entorno por la situación de pérdida o deficiencia de salud.
  • Pacto/ Negociación. La persona cambia su reacción de ira hacía sí mismo o hacia su entorno por acuerdos (reales o imaginados) para la recuperación del paciente.
  • Depresión. La persona se encuentra en un estado de profundo abatimiento y tristeza ante la inminente situación de enfermedad y pérdida.
  • Aceptación. La persona es capaz de identificar la situación de dolor y enfermedad. Ya no busca culpables, sino que se muestra competente para adaptarse a la enfermedad y afrontar la muerte.

Estas fases no tienen una duración determinada, ni un orden establecido, ya que la expresión del duelo afectará de una forma diferente y concreta en cada uno de nosotros.

Si estás atravesando un proceso de duelo o conoces a alguien que se encuentra en esta situación es recomendable prestar atención a una serie de síntomas que cuando avanzan en intensidad y se prolongan a lo largo del tiempo pueden interferir negativamente en el funcionamiento diario de la persona que lo padece, produciendo alteraciones significativas y dando lugar a un proceso de duelo anormal o patológico, con el que sería aconsejable buscar ayuda.

Algunos de estos síntomas son los siguientes:

  • Sentimientos: tristeza, enfado, culpa y autorreproche, ansiedad, soledad, fatiga, impotencia, shock,anhelo, emancipación, alivio, insensibilidad.
  • Sensaciones físicas: vacío en el estómago, opresión en el pecho y en la garganta, hipersensibilidad al ruido, sensibilización de despersonalización, falta de aire, debilidad muscular, falta de energía, sequedad de boca.
  • Cogniciones: incredulidad, confusión, preocupación, sentido de presencia, alucinaciones.
  • Conductas: Trastornos del sueño o de la alimentación, conducta distraída, aislamiento social, soñar con el fallecido, evitar recordatorios del fallecido, buscar y llamar en voz alta, suspirar, llorar constantemente, visitar lugares o llevar consigo objetos que recuerdan al fallecido, acumular objetos que pertenecían al fallecido.

 

¿QUÉ NO DEBO HACER SI MI FAMILIAR ESTÁ ATRAVESANDO UN PROCESO DE DUELO? ALGUNAS RECOMENDACIONES…

En muchas ocasiones y con nuestra mejor intención para ayudar a un familiar o amigo que está atravesando un período de duelo, tendemos a realizar una serie de conductas que lejos de ayudar pueden provocar rechazo o sentimientos de soledad en la persona que lo experimenta. A continuación, encontramos algunos ejemplos de situaciones que probablemente no favorezcan a la resolución del duelo de nuestro conocido:

  • Decirle a la persona que ha sufrido la pérdida qué tiene que hacer. En lugar de esto, es preferible simplemente escuchar a la persona, sus preocupaciones, sus reflexiones y sus formas de afrontamiento mostrando así interés y tiempo en escucharla.
  • Decir “llámame si necesitas algo”. Ofrecer nuestra ayuda de una forma concreta en su día a día o tomar la iniciativa para realizar actividades con nuestro familiar, será más útil que esperar a que la persona se ponga en contacto con nosotros. Además, la persona puede tomar esta frase como símbolo de que mostramos algún reparo en ofrecer nuestra ayuda de forma sincera, al tratarse de un tema tan delicado.
  • El tiempo lo cura todo. Las heridas de pérdida no se curan nunca por completo, por ello, es más realista esperar momentos difíciles durante los meses siguientes a la pérdida, que esperar que pase el tiempo y conspire el silencio de que todo ha pasado.
  • Decir: “Sé cómo te sientes”. No existe una única forma de vivir el dolor, por ello, invitar a la persona a compartir sus sentimientos aportará más valor a la relación que dar por hecho que los conocemos.
  • Intentar que la persona supere el dolor de una forma rápida y fugaz. El trabajo de duelo requiere tiempo y paciencia, no puede hacerse en un plazo fijo de tiempo.

 

ALGUNAS TÉCNICAS QUE PUEDEN AYUDARNOS A ACEPTAR LA PÉRDIDA.

  • Escribir una carta de despedida, de reconciliación o de recuerdos vividos con la persona fallecida para expresar emociones y dar sentido a la experiencia de la pérdida.
  • La utilización de autoinstrucciones positivas y autorrefuerzos pueden ser útiles para la obtención de habilidades de afrontamiento de esta situación complicada.
  • El uso de la lectura puede ser muy beneficioso para la persona doliente.
  • Técnicas de relajación, para ayudar a disminuir los niveles de ansiedad.
  • Realización de actividades placenteras y entrenamiento en habilidades sociales de forma que la persona vuelva poco a poco a entablar relaciones sociales y retome sus rutinas.
  • Reestructuración cognitiva: Modificación de pensamientos irracionales por otros más adaptativos.

Con cualquier técnica es esencial elegir el momento oportuno y tener en cuenta las particularidades de cada persona.

Si necesitas ayuda, consúltanos, estaremos encantados de ayudarte. en Albanta Logopedia y Psicología contamos con un equipo dispuesto a ayudarte.

BIBLIOGRAFÍA.

  • Bellver, A., Gil-juliá, B., & Ballester, R. (2008). Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento. Psicooncología, 5(1), 103-116.
  • Battista, A. (2011). El problema del duelo. Desde el jardín de Freud, (11), 17-30.
  • Neimeyer, R. A., & Ramírez, Y. G. (2002). Aprender de la pérdida: una guía para afrontar el duelo. Barcelona: Paidós.
  • Dávalos, E. G. M., García, S., Gómez, A. T., Castillo, L., Suárez, S. S., & Silva, B. M. (2008). El proceso del duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales. Revista de Especialidades Médico-Quirúrgicas, 13(1), 28-31.
  • Ávila, M. M., & de la Rubia, J. M. (2013). El significado psicológico de las cinco fases del duelo propuestas por Kübler-Ross mediante las redes semánticas naturales. Psicooncología, 10(1), 109.
  • Flórez, S. D. (2002). Duelo. In Anales del sistema sanitario de Navarra (Vol. 25, pp. 77-85).

Nicolas

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