El TOC es un trastorno cuya característica principal es la presencia de obsesiones y/o compulsiones que son recurrentes y persistentes y que tienen una influencia negativa en la vida del niño, de su familia o en el colegio (Comeche y Vallejo, 2016).
Los criterios diagnósticos para el Trastorno Obsesivo Compulsivo según el DSM-V no diferencian entre adultos y niños. A continuación se presentan los criterios (APA, 2013):
- Criterio A. Presencia de obsesiones, compulsiones o ambas.
Las obsesiones se definen por
- Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que son experimentados, en algún momento durante el trastorno, como intrusos y no deseados y que causan en la mayoría de las personas ansiedad o malestar acusados.
- La persona intenta pasar por alto o suprimir tales pensamientos, impulsos o imágenes, o neutralizarlos con algún otro pensamiento o acción (es decir, realizando una compulsión)
Las compulsiones se definen por:
- Conductas (p.ej., lavarse las manos, ordenar, comprobar) o actos mentales (p.ej., rezar, contar, repetir palabras en silencio) repetitivos que la persona se siente impulsada a realizar en respuesta a una obsesión o de acuerdo con reglas que deben ser aplicadas rígidamente.
- Las conductas o actos mentales están dirigidos a prevenir o reducir el malestar o a prevenir algún acontecimiento o situación temida; sin embargo, estas conductas o actos mentales no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien son claramente excesivos. Nota: los niños pequeños pueden no ser capaces de verbalizar los objetivos de estos comportamientos o actos mentales.
- Criterio B. Las obsesiones o compulsiones consumen tiempo (más de una hora diaria) o causan de modo clínicamente significativo malestar o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
- Criterio C. Los síntomas no son debidos a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej., drogas, fármacos) o a una condición médica.
- Criterio D. La alteración no se explica mejor por los síntomas de otro trastorno mental.
La edad de inicio del trastorno se sitúa, con mayor frecuencia, en la adolescencia o en el inicio de la edad adulta. Cuando hablamos del TOC infantil la edad de inicio se sitúa alrededor de los 10 años (Ulloa, Palacios y Sauer, 2011).
A pesar de que los criterios para el diagnóstico del Trastorno Obsesivo Compulsivo sean comunes para adultos y niños existen una serie de diferencias como por ejemplo la frecuencia con la que aparecen las obsesiones, siendo en los niños menor (Ulloa, Palacios y Sauer, 2011). De igual manera los rituales en la infancia también varían según la edad. Se ha visto que alrededor de los 2 años tienen relación con el aseo personal o la comida y a los 5 años, los rituales versan sobre el juego, por ejemplo el niño pisa baldosas de un determinado color y evita otras (Tomás, Bassas y Casas, 2014).
Tratamiento
En cuanto al tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo en niños y adolescentes existen diferentes alternativas. El tratamiento multimodal, es decir combinado, con fármacos y psicoterapia se ha demostrado eficaz. La elección de solo psicoterapia o bien el tratamiento combinado, dependerá de las característica personales del caso (Vargas, Palacios, González y de la Peña, 2008).
El tratamiento farmacológico de primera elección en estos casos son los antidepresivos, concretamente los inhibidores de la recaptación selectiva de la serotonina (IRSS) como la sertralina, fluvaxamina o la fluoxetina (Ulloa, Palacios y Sauer, 2011).
En lo que se refiere al tratamiento psicológico, se ha mostrado eficaz la terapia cognitivo conductal. En este caso el tratamiento está compuesto por psicoeducación y psicoterapia. La psicoeducación, es la primera intervención que debe realizarse y pretende dar información, tanto al paciente como a la familia, sobre el trastorno explicando sus características, causas y tratamiento. Esta parte del tratamiento en muchas ocasiones incluye a los profesores. La psicoterapia cognitiva-conductual, persigue que el paciente sea capaz de controlar los síntomas. Para esto se utilizan diversas técnicas, entre la que destaca la exposición con prevención de la respuesta ya que es la que mayor eficacia muestra (Ulloa, Palacios y Sauer, 2011). A diferencia de los adultos al exposición con prevención de la respuesta se realiza a través de juegos o usando manuales concretos para los niños. Normalmente la terapia se realiza de forma individual pero también es posible incluir a otros miembros de la familia o bien realizar de forma grupal.
Referencias.
American Psychiatric Associaton (2013). Diagnostic and statiscal manual of mental disorders (5ª.ed) Arlington, VA: Autor.
Comeche, M.I y Vallejo, M.A. (2016). Manual de Terapia de Conducta en la Infancia. Madrid: Dykinson.
Tomás, j., Bassas, N. y Casas, M. (2004). Tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos obsesivo-compulsivos en paidopsiquiatría. Barcelona: Laertes.
Ulloa, R.E., Palacios, L.y Sauer, T.R. (2011). Trastorno obsesivo compulsivo en niños y adolescentes: una revisión del tratamiento. Salud Mental, 34, 415-420.
Vargas, L.A., Palacios, L., González, G. y de la Peña, F. (2008). Trastorno obsesivo compulsivo en niños y adolescentes: una actualización. Segunda Parte. Salud mental, 31, 283-289.