{"id":2443,"date":"2019-07-18T22:16:07","date_gmt":"2019-07-18T22:16:07","guid":{"rendered":"https:\/\/albanta-psicologos.com\/?p=2443"},"modified":"2019-07-18T22:17:18","modified_gmt":"2019-07-18T22:17:18","slug":"las-rabietas-y-la-importancia-de-una-adecuada-gestion-de-la-situacion","status":"publish","type":"post","link":"https:\/\/albanta-psicologos.com\/las-rabietas-y-la-importancia-de-una-adecuada-gestion-de-la-situacion\/","title":{"rendered":"Las rabietas y la importancia de una adecuada gesti\u00f3n de la situaci\u00f3n."},"content":{"rendered":"<p>Una rabieta se puede definir como una conducta expl\u00edcita y explosiva, en la que se aprecian componentes de rabia e ira. Con este tipo de conducta el menor pretende demostrar malestar y\/o desacuerdo ante alguna situaci\u00f3n o circunstancia que no le es de su agrado.<\/p>\n<p>Entre las principales causas de las rabietas est\u00e1n (Solter, 2002):<\/p>\n<ul>\n<li>Una necesidad b\u00e1sica que tiene el infante y no hemos podido satisfacer en el momento.<\/li>\n<li>Falta de informaci\u00f3n o informaci\u00f3n err\u00f3nea de alguna situaci\u00f3n.<\/li>\n<li>Necesidad de descargar y liberar tensiones, miedos o frustraciones.<\/li>\n<\/ul>\n<p>Las rabietas son normales en los primeros a\u00f1os de desarrollo (normalmente de los dos o tres a\u00f1os), ya que se trata de algo t\u00edpico del curso del aprendizaje del menor para enfrentarse a la frustraci\u00f3n y conseguir el autocontrol. Sin embargo, este tipo de conductas agresivas y desafiantes deja de ser propia en etapas evolutivas posteriores. Un manejo inadecuado de ellas puede hacer que este tipo de comportamientos se consoliden y los problemas de conductas se agraven (Luengo, 2014).<\/p>\n<p>Es por ello que se han de seguir una serie de pautas o consejos para garantizar un manejo exitoso de la situaci\u00f3n (Trenchi, 2011). La mejor opci\u00f3n es prevenir la aparici\u00f3n de este tipo de comportamientos, para ello se han de seguir las siguientes indicaciones:<\/p>\n<ul>\n<li>Evitar situaciones que le frustren demasiado o le desborden, hasta que logren enfrentarlas de manera diferente.<\/li>\n<li>Darles la posibilidad de elegir en algunas decisiones como por ejemplo la hora del ba\u00f1o.<\/li>\n<li>Cambiar el foco de atenci\u00f3n de la rabieta a otra cosa que s\u00ed que se pueda hacer.<\/li>\n<li>Ceder ante determinadas peticiones que no sean de mayor relevancia.<\/li>\n<li>Tratar el tema de las rabietas con cuentos infantiles tales como: \u00a1No me dejan hacer nada!; La cola de drag\u00f3n; o Vaya rabieta.<\/li>\n<\/ul>\n<p>En caso de que no se haya podido prevenir la aparici\u00f3n de la rabieta, la forma de actuar o gestionar la situaci\u00f3n debe guiarse siguiendo una serie de consejos:<\/p>\n<ul>\n<li>Mantener la calma, ya que nuestra reacci\u00f3n es muy importante debido a que somos un modelo a seguir para nuestros menores y de esta forma estaremos ense\u00f1\u00e1ndoles una lecci\u00f3n sobre c\u00f3mo responder de forma adecuada cuando se presenta un conflicto.<\/li>\n<li>No acceder a complacer lo que quiere conseguir con su berrinche, a pesar de ser algo posible o razonable. El menor debe aprender que esa no es la forma m\u00e1s adecuada de obtener el objetivo que persigue.<\/li>\n<li>Siempre que sea posible, el mejor consejo es ignorar la rabieta. De este modo el comportamiento del menor se extinguir\u00e1.<\/li>\n<li>En caso de no poder ignorar la rabieta porque el menor corre alg\u00fan tipo de riesgo, el consejo es cogerlo de manera firme pero no violenta y llevarlo a una zona m\u00e1s apropiada en la que poder practicar la t\u00e9cnica de extinci\u00f3n anteriormente descrita.<\/li>\n<li>No emplear t\u00e9cnicas disciplinarias basadas en el castigo f\u00edsico.<\/li>\n<li>Una vez que la rabieta ha terminado, podemos expresar nuestra alegr\u00eda de que haya recuperado el control y razonar junto a \u00e9l o ella cu\u00e1l habr\u00eda sido la mejor manera de actuar o expresar lo que sent\u00eda.<\/li>\n<li>Y emplear una comunicaci\u00f3n clara y no ambigua.<\/li>\n<\/ul>\n<p>Finalmente, destacar que no debemos olvidar que ellos tambi\u00e9n se sienten mal y que nos necesitan. Para adquirir independencia se necesita seguridad y \u00e9sta se adquiere con un buen apego, as\u00ed que m\u00edmalo y mu\u00e9strale tu amor y cari\u00f1o todo lo que puedas.<\/p>\n<p>&nbsp;<\/p>\n<p><u>Referencias<\/u><\/p>\n<p>Luengo, M. A., (2014). C\u00f3mo intervenir en los problemas de conducta infantiles. <em>Padres y maestros<\/em>, <em>356<\/em>, 37-43.<\/p>\n<p>Solter, A. (2002). <em>Llantos y rabietas: c\u00f3mo afrontar el lloro persistente en beb\u00e9s y ni\u00f1os peque\u00f1os<\/em>. Barcelona: Medici.<\/p>\n<p>Trenchi, N. (2011). \u00bfMucho, poquito o nada? Gu\u00eda sobre pautas de crianza para ni\u00f1os y ni\u00f1as de 0 a 5 a\u00f1os de edad. Uruguay: Gr\u00e1fica Mosca.<\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"<p>Una rabieta se puede definir como una conducta expl\u00edcita y explosiva, en la que se aprecian componentes de rabia e ira. 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