Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Evaluación y Tratamiento
Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG): Evaluación y Tratamiento
Para efectuar el diagnóstico de Trastorno de Ansiedad Generalizada, los especialistas se basan en los criterios diagnósticos del DSM-V o del CIE-10, dos clasificaciones de las enfermedades consensuadas por especialistas de diferentes nacionalidades y reconocido prestigio.
Según los Criterios del DSM-V para el diagnóstico del Trastorno Ansiedad Generalizada se caracteriza por: (Fuente: American Psychiatric Association)
Ansiedad y preocupaciones excesivas (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar).
Al individuo le es difícil controlar la preocupación.
La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses (Nota: En los niños, solamente se requiere un ítem):
- Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
- Fácilmente fatigado.
- Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco
- Irritabilidad.
- Tensión muscular.
- Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio).
La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
La alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un médicamente) ni a otra afectación médica (p. ej., hipertiroidismo).
La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental (p. ej., ansiedad o preocupación de tener ataques de pánico en el trastorno de pánico, valoración negativa en el trastorno de ansiedad social (fobia social), contaminación u otras obsesiones en el trastorno obsesivo-compulsivo, separación de las figuras de apego en el trastorno de ansiedad por separación, recuerdo de sucesos traumáticos en el trastorno de estrés postraumático, aumento de peso en la anorexia nerviosa, dolencias físicas en el trastorno de síntomas somáticos, percepción de imperfecciones en el trastorno dismórfico corporal, tener una enfermedad grave en el trastorno de ansiedad por enfermedad, o el contenido de creencias delirantes en la esquizofrenia o el trastorno delirante.
De otro lado, según los Criterios CIE-10 para el diagnóstico del Trastorno de Ansiedad Generalizada se caracteriza por: (Fuente: Organización Mundial de la Salud)
La característica esencial de este trastorno es una ansiedad generalizada y persistente, que no está limitada y ni siquiera predomina en ninguna circunstancia ambiental en particular (es decir, se trata de una “angustia libre flotante”). Como en el caso de otros trastornos de ansiedad los síntomas predominantes son muy variables, pero lo más frecuente son quejas de sentirse constantemente nervioso, con temblores, tensión muscular, sudo-ración, mareos, palpitaciones, vértigos y molestias epigástricas. A menudo se ponen de manifiesto temores a que uno mismo o Un familiar vaya a caer enfermo o a tener un accidente, junto con otras preocupaciones y presentimientos muy diversos. Este trastorno es más frecuente en mujeres y está a menudo relacionado con estrés ambiental crónico. Su curso es variable, pero tiende á ser fluctuante y crónico.
Pautas para el diagnóstico
El afectado debe tener síntomas de ansiedad la mayor parte de los días durante al menos varias semanas seguidas. Entre ellos deben estar presentes rasgos de:
Aprensión (preocupaciones acerca de calamidades venideras, sentirse “al límite”, dificultades de concentración, etc.).
Tensión muscular (agitación e inquietud psicomotrices, cefaleas de tensión, temblores, incapacidad de relajarse).
Hiperactividad vegetativa (mareos, sudoración, taquicardia o taquipnea, molestias epigástricas, vértigo, sequedad de boca, etc.).
En los niños suelen ser llamativas la necesidad constante de seguridad y las quejas somáticas recurrentes.
La presencia transitoria (durante pocos días seguidos) de otros síntomas, en particular de depresión, no descarta un diagnóstico principal de trastorno de ansiedad generalizada, pero no deben satisfacerse las pautas de episodio depresivo, trastorno de ansiedad fóbica, trastorno de pánico o trastorno obsesivo-compulsivo.
Tratamiento ansiedad generalizada
Este tipo de trastorno de ansiedad no se asocia a un estímulo concreto, la ansiedad se manifiesta generalizadamente y de forma persistente.
Se trata de una sensación aprensiva ante las pequeñas situaciones de la vida cotidiana.
Es el trastorno de ansiedad más prevalente pero no es el trastorno por el que más ayuda buscan las personas afectadas (25 %) y los que lo realizan lo hacen unos 10-15 años después de comenzar con la sintomatología (Echeburúa, 1993). La persona se encuentra con una tensión motora habitualmente, con una hiperactivación a nivel vegetativo y con un estado de alerta excesivo constante.
Programa de tratamiento cognitivo conductual:
- Psicoeducación sobre respuestas de miedo y su función y explicación a nivel biológico. Esta estrategia fomenta el autocontrol y conocimiento de las formas habituales de responder el organismo y el motivo filogenético por el que lo realiza. Útil para que la persona entienda la reacción de su cuerpo y modifique las expectativas que puede tener sobre la evolución que pueden tener esas sensaciones y respuestas, con lo que favorecemos que no se asusten y anticipen cambios que no pueden producirse.
- Exposición in vivo. Se basa en la idea de evitar el escape o la evitación de las situaciones que provocan el miedo o la ansiedad. La evitación provoca que la persona al salir de la situación no pueda comprobar o experimentar sensaciones diferentes al miedo/ansiedad y modificarlas a través de la habituación, la extinción y recondicionamiento. Al permanecer en la situación y a través de la práctica se puede modificar el pensamiento y las expectativas de lo que la persona cree que ocurrirá si permanece en esa situación.
Para ello, se pide al paciente que realice junto al terapeuta un listado de aquellos estímulos que le generan miedo, señalando el grado de ansiedad que le provoca a través de Unidades Subjetivas de Ansiedad (USA): unidades de ansiedad. Se recomienda pautar exposiciones a partir de unidades intermedias.
- Autoexposición sobre base a una educación previa. Se trata de una técnica de exposición en la que se comienza enseñando al paciente para que ejecute de forma independiente y correcta la técnica.
- Reestructuración cognitiva. Se valoran las distorsiones cognitivas que tienen influencia en su estado de ánimo y se trabajan alternativas que le generen otro tipo de estado de ánimo y que son más realistas. Por ejemplo, discutir pensamientos negativos (búsqueda de alternativas).
- Práctica programada. Con esta técnica se programan en consulta una serie de aproximaciones a la conducta/objeto, etc., que el paciente evita.
- Desensibilización sistemática en imaginación. Se trata de una técnica desarrollada por Wolpe en la década de los 50, se utiliza mediante la inhibición recíproca, es decir, dos respuestas que se inhiban recíprocamente, de forma que se busque la producción de respuestas incompatibles a la ansiedad frente a estímulos sugestivos de la misma, de manera que se impida la evitación y el escape.
Esta técnica se compone de relajación y una presentación gradual de estímulos que provocan la respuesta de ansiedad. Por tanto, está compuesta por los siguientes elementos:
- Implantación respuestas antagónicas de la ansiedad (relajación).
- Jerarquización de estímulos que producen miedo y su presentación gradual, siendo fundamental dedicar un tiempo adecuado a esta presentación.
- Generalización.
- Relajación/respiración diafragmática.
Puede utilizarse de forma complementaria para que el paciente tenga estrategias de afrontamiento y autocontrol, de forma que pueda rebajar la ansiedad y de esta forma las respuestas vegetativas. Hay que tener precaución para que no se utilice como una forma de evitación cognitiva activa.
- Relajación/respiración diafragmática.
Bibliografía.
- Echeburúa, E. (1993). Evaluación y tratamiento del trastorno por ansiedad generalizada. Psicología conductual, 1(2), 233-254.